La guerra cultural en Oaxaca, un ejemplo a seguir


Centro de las Artes de San Agustín, Etla.

Palabrería

• La guerra cultural en Oaxaca, un ejemplo a seguir

Jesús Rito García

En Oaxaca existe una guerra cultural, no como la guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón, sino una guerra mucho más interesante. La guerra por promover la cultura. Le llamo guerra,haciendo un paralelismo con los términos que están en boga. También en esta guerra existen dos bandos, además de las pequeñas fuerzas que giran alrededor y las que luchan de una manera más que independiente. En esta ocasión no tomaremos en cuenta los esfuerzos gubernamentales ni comerciales. Que poco han aportado.


Hace ya varios años, el empresario y ex banquero, Alfredo Harp Helú decidió incursionar en el altruismo cultural. Hecho que celebramos en Oaxaca, ya que a partir de ese momento, inició una competencia tan interesante por crear espacios culturales. En verdad es un hecho digno de comentar. La Fundación Alfredo Harp Helú comenzó con el Museo de Filatelia, después con la Biblioteca Andrés Henestrosa y la Casa de la Ciudad. Para ese entonces ya existía el IAGO, El Pochote, La Fonoteca “Eduardo Mata” y el Centro Fotográfico “Álvarez Bravo” entre otros; espacios culturales creados por el maestro Francisco Toledo.

De pronto, Oaxaca se vio inundado de bibliotecas y museos, ¡Un paraíso del arte!

Haciendo un poco de historia, podemos decir que este tipo de altruismo inició con el maestro Rufino Tamayo, o fue uno de los más importantes. Sabemos que donó su colección de piezas arqueológicas a Oaxaca, además del edificio que las alberga. (Contaba en una entrevista el pintor, que era tal el desinterés del gobierno en turno, en los periodos de restauración de la vieja casona, qué él mismo tenía que estar resguardando el material de construcción para que no se lo robaran, ya que no tenían un velador para vigilar la obra) También construyó el asilo de ancianos los “Tamayo” entre otros espacios para esta ciudad. Siempre quiso realizar un mural en el Palacio de Gobierno, pero le fue negado ese gusto, ya que le pedían plasmar un mural en el que la figura principal fuera Juárez, pero él proponía otras cosas. En fin, nos perdimos la oportunidad de tener un mural de Tamayo como el que realizó en el edificio de la ONU en París, junto al de Picasso.

Regresando al tema de la guerra cultural, en verdad debe ser tomado como ejemplo para otros estados e incluso para el país entero. Hacer que las personas que obtienen grandes beneficios por su trabajo pudieran hacer algo que aporte a la comunidad en general. Imagínense que los narcotraficantes o políticos aportaran una parte de sus ganancias para crear un museo o una biblioteca. No importa que se la pasen pavoneándose de sus acciones, y que piensen que el mundo les debe la vida con eso, pero que tan siquiera alguno se tomara la molestia de hacer algo. Los que han recibido el beneficio de estos espacios han podido ver otras cosas, ampliar sus conocimientos y su percepción de la vida. No todos los que asisten con frecuencia a una biblioteca serán grandes escritores; pero eso sí, serán grandes lectores y se desarrollarán mucho mejor en sus áreas. Tampoco todos aquellos que asisten a un museo o al teatro serán artistas. Pero su vida girará en otras latitudes, y no se quedarán con la idea de traer un auto ostentoso, o construir casas exóticas y sin gusto, siguiendo los patrones absurdos de las personas que no tienen un mínimo acercamiento con el arte. El arte no convierte en artistas a todos, pero sí educa, nos hace más sensibles ante la vida, nos pone a pensar; cosa difícil en estos días.

En fin, en este tiempo que los términos beligerantes son la sensación, utilizamos este término para hablar de una estupenda guerra que se vive en Oaxaca y que todos debemos seguir de cerca, ya que no solamente grandes instituciones participan, también existen pequeños colectivos y grupos de jóvenes que desde sus trincheras hacen girar la rueda del desarrollo cultural oaxaqueño.

rictusss@gmail.com

http://edpharus.blogspot.com/

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy interesante su comentario pero carece de análisis profundo... ¿Qué puede decir de la privatización de la cultura, en manos de los banqueros que ahora adula -supongo sin interés personal- y de la parálisis de los burócratas de la cultura que son maniatados para que los dueños del dinero pueda lucir? Más análisis y menos alabanzas sería mejor.
Jesss ha dicho que…
Gracias por su comentario. Lo tomaremos en cuenta.

Entradas populares de este blog

"Abas, el hombre" por Jessica Santiago Guzmán

Palabrería: “Recuérdame en alta mar” de Rafael Alberti. *

El locus amoenus y el locus terribilis de la poesía