Palabrería: Mentiras piadosas

Palabrería



Mentiras piadosas



Jesús Rito García

Nunca he muerto
(es la primera vez)
pero supongo que así debe de ser.

Nicolás Guillén


El mundo de los libros es tan vasto, que cada vez que termino de leer uno, me siento mal por tardarme tanto; por ejemplo, el último que leí fue la Antología Donde nacen las aguas de Nicolás Guillén, editado por el Fondo de Cultura Económica. Tardé aproximadamente seis meses. No es que sea una barbaridad ese tiempo, ya que la poesía debe de leerse con calma, para encontrarle el saborcito, más aun siendo Guillén.

Creo que el 2010 no fue un buen año para mí, ya que no tenía ganas ni de leer. Entonces pienso que si me voy a tardar tanto en cada libro, no voy a terminar nunca con los que quiero leer. No es posible que tenga en espera tantos libros y tantos autores. Para un oficiante de la escritura, que se supone debe de traer mínimamente un libro bajo el brazo para espantar moscas y mosquitos (en verdad que funciona), no es posible un retraso más.

Borges, por ejemplo, en una ocasión habló de María de Jorge Isaac, explicando que para nada era aburrida esa novela totalmente romántica y mencionó que de las tres de la tarde a las nueve de la noche aproximadamente, del mismo día, terminó de releer la dichosa novela.

Trato de darme ánimos pensando que no todos podemos ser como Borges, pero siempre hago el intento. Por ejemplo, en una ocasión, mi tiempo récord para leer una novela fue de un par de días, ¡Uf! un acto extraordinario, la novela tenía alrededor más ochocientas páginas, pero valió la pena. La máquina de coser, del novelista francés de origen ruso Gadamer Kalamín, editado por Raramus Editores. Esta novela me la recomendó un amigo y decidí buscarla. Qué lío fue dar con ella, pero valió la pena la espera. La máquina de coser es la historia de un joven escritor llamado Jelnus Riknus, que siempre tenía la idea de no haber leído lo suficiente, por tal motivo decidió exiliarse. Un día, abandonó el trabajo y a su familia. Juntó algunos ahorros y decidió vivir en un pequeño pueblo que tenía una biblioteca que contenía, lo que él pensaba, podría servirle para leer lo suficiente y salir de ahí hecho todo un escritor.

Por las mañanas leía lo más que podía y por las tardes trataba escribir lo suficiente. Vivía en un pequeño cuarto del que no salía más que para ir a la biblioteca y proveerse de alimentos. En su habitación había viejos objetos olvidados por los antiguos inquilinos, entre ellos estaba una mecedora y una máquina de coser que por las noches parecía que funcionaba sola.

Jelnus Riknus hablaba solo o con su perro llamado Garfius, que lo seguía a todas partes. Siempre le contaba sus grandes anhelos. Imaginaba que un día el mundo lo reconocería por escribir tan grandes cosas. Leía y escribía en todo momento, nada lo distraía, sólo de cuando en cuando una mujer del pueblo venía a buscarlo por las noches. Así satisfacía su apetito carnal. Nada le hacía falta.

Un día, cansado de no encontrar un tema que le diera la dicha que él buscaba, pensó en lanzarse a las aguas del río que quedaba a unos cuantos metros de su habitación. Estaba a punto de hacerlo, cuando le vino a la mente, como último recurso, escribir su historia fatídica y frustrada. Entonces, comenzó a escribir una novela de un joven escritor que decide retirarse para no sentirse frustrado de no leer y escribir lo suficiente.

La novela no termina ahí, ya que tenía mutilada las últimas páginas; pero en donde yo me quedé, eran exactamente ochocientas, así que mi récord de lectura pudo ser más amplio, pero alguien me quitó esa dicha.

El final me resulta muy sencillo para esa novela. El joven escritor seguramente regresó a la ciudad y todo mundo lo aduló por haber escrito tan maravillosa novela; vinieron los reconocimientos y al final, lo que tanto temía pasó, dejó de escribir y leer para siempre, además de quitarse la vida de todas formas. Eso es lo que me imagino, no lo sé realmente, pero sería interesante encontrar una edición completa de La máquina de coser y saber el final de Jelnus Riknus. Si alguien de ustedes la conoce, hágamelo saber por favor.



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