El libro perdido de Pavese por Jesús Rito


 El libro perdido de Pavese





Por Jesús Rito





In the morning you always come back
C.P.
En la biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca alguna vez hubo entre sus libros, un ejemplar de la Poesía completa de Cesare Pavese, de la colección Poemas y ensayos de la UNAM. Trabajo hecho por uno de los mejores traductores de la lengua italiana, el maestro Guillermo Fernández, que alguna vez tuve el gusto de conocer, por lo cual, su deceso fue un hecho que lamenté profundamente.
Cesare Pavese es uno de esos poetas clásicos de la poesía italiana. Principalmente por su afición al suicidio, que llegó a realizar cabalmente el 27 de agosto de 1950, en el hotel Roma de Turín. Además de ser un gran suicida, también fue uno de los estudiosos de la literatura norteamericana, siendo especialista y traductor de la obra de Walt Whitman y John Dos Passos; quienes influyeron de manera sustancial en su obra.


Uno de los poemas que mejor recuerdo de esta edición era “Los mares del sur”, poema vital y narrativo donde describe esa situación de un familiar que huye de la cotidianidad del campo y se marcha a conocer el mundo.
El problema de este libro antes mencionado es que ya no está en los estantes del IAGO, debido a que en alguna ocasión, de esas en la que yo era un joven bibliotecario veinteañero, decidí tomarlo en préstamo, como muchos más que tenía en casa (nunca me ha gustado leer un solo libro y muchas veces me doy el gusto de no terminarlos). Salí puntualmente a las tres de la tarde, según, iría a la escuela; pero me encontré con unos amigos y sin dudarlo nos encaminamos al bar “Superior” donde las cervezas circularon animosamente. Recuerdo (aunque no mucho) que un par de veces extraje el libro de mi mochila para citar algunos poemas “Ma perché prendersela tanto coi poveri suicidi? // Li trattate da stupidi da imbecilli, da villi, come se ciascuno di essi non avesse le sue ragioni terribili e inmmense.”
Y nunca más supe de ese libro. Obviamente tuve que comentarlo con el director de la biblioteca y trataron de conseguirlo, lo solicitaron en el área de publicaciones de la UNAM y nada. Ya no había más ejemplares. Traté de conseguirlo en los libros usados y fue inútil su búsqueda. Pasó el tiempo y ya no me dijeron nada, lo cual aproveché para hacerme el sordo. No había quedado en mí, hicimos todo lo posible.
Guillermo Fernández, (1932 -  2012)
Las historias que puedes tener con los libros y las bibliotecas nunca terminan en finales felices. Si encuentran un ejemplar perdido por ahí, no duden en donarlo a esa gran biblioteca a la que le debo tanto.


Cesare Pavese, Poesía completa, trad. e introd. de Guillermo Fernández, UNAM (Poemas y ensayos, Nueva época)


Nota: En realidad, la historia fue la siguiente: un día, un amigo que tenía mucho tiempo de no ver, o no recordaba. Llegó a buscarme a la biblioteca y traía el libro bajo el brazo. Me contó que durante esa noche de farra, nos encontramos en la calle y que yo ya andaba bastante mal; le dije que le tenía mucha confianza y que me guardara el libro; que yo lo buscaría después, cosa que no hice. Pero gracias a su honestidad, ese libro aún se encuentra en las estanterías del IAGO de Av. Juárez.  

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