Café de la mañana: Frustraciones
Frustraciones
Por Jesús Rito*
Despiertas, y lo único que encuentras a la mano es tu
celular con muchos mensajes avisándote que debes de pagar muchas cuentas. Que
estás retrasado en todo: en salir, en desayunar, en vestir a la moda, en enviar
la pensión para tu hijo y en pagar la renta. Qué más da. Lo único que se te
ocurre es leer y apuntar tus retrasos en una libretita. Tratar de leer algo que
te distraiga, por ejemplo, un artículo donde señalan que Nicanor Parra, el gran
vate chileno recién fallecido, no era el hombre complaciente y bonachón como
podemos imaginar, aquel poeta que lo que menos podría interesarle era su forma
de vestir, y mucho menos quiénes serían los traductores de su obra. Más bien,
como todos los poetas quiso volar muy alto, y lo hizo en realidad con su
poesía. Aunque a veces, uno no puede ser como quisiera en la vida.
La frustración de la vida común y
mundana; terrible y simple, se refleja de una manera sublime en la poesía. Por
ello es el trabajo preciado y admirado por muchos.
Hace unos días, en una charla informal con un amigo, trataba
de explicarle lo difícil que es catalogar la poesía en un arriba, abajo, un
bueno y malo. Él me refutaba que yo era alguien que intentaba democratizar la
poesía, cuando bien sabemos que hay poetas muy buenos y poetas que no lo son
tantos. En verdad difiero, pero respeto su punto de vista, no intento
democratizar la poesía, más bien mi cabeza está llena de poemas que van y
vienen y me han emocionado diferentes momentos de la vida; por lo general es
uno o dos los que llaman mi atención y siento que nunca podré leer toda la
poesía que me interesa.
Hay muchos nombres en la historia de la poesía, conocidos y
desconocidos. Pero con voces tan potentes, aunque sea en un solo poema. Por
ello, intentaba explicarle que si quisiera poner en un pedestal a alguno, o dar
valor de su exquisitez literaria, no cabrían todos los que quiero que estén
ahí; aunque sea con un solo verso podría poner al más desconocido de todos.
Pero a veces es necesario hacer un parámetro. Por ejemplo, por ello me gustan
las antologías de poesía, sé que es una visión muy simple del que hace o los
que hacen la selección, pero es una buena forma de acercarte a la lectura de
una generación, de un grupo o una corriente literaria. Es cosa de leerlo con la
frialdad de un médico a punto de entrar a cirugía.
Uno se enamora de la poesía y de sus poetas; eso es
indiscutible, pero por más que creamos que cada uno de esos poetas o poemas son
lo mejor o lo peor en este momento de nuestra vida; sin dudarlo, en algunos
años serán algo diferente; pero más bien es nuestro punto de vista, tan
subjetivo, por ser humano y simple.
La primera vez que leí a mi poeta favorito, me quedé marcado
por cuatro líneas que desde ese momento nunca se me han olvidado. Pero eso no
quiere decir que ese poeta sea el más grande, o mayor que otros que he
disfrutado en otros periodos de mi vida escritural.
No pude decirle más a mi amigo, sólo ponerle el ejemplo que
si escribiéramos un poema sobre la cerveza que estaba en la mesa, cada uno de
los poetas haría una historia distinta, tal vez alguno se acercara a la forma
más preciada, pero algo tendrá que ver el elemento en cuestión. Además le conté
un ejercicio que me gusta pedir en los talleres de poesía que imparto. Ya
realizado un poema, buscar que el elemento trabajado, cambie por otro similar,
y menos poético. Por ejemplo, poner una botella de plástico, o un vaso de
unicel, en medio de aquel poema donde el elemento poético fuera una copa de
vino o una cerveza; que el ejecutante logre elevar de la misma forma ese otro
objeto “simple”. Pues bien, muchas veces ese ejercicio ha sido todo un éxito,
en otras, simplemente no logra superar la primera propuesta, pero lo mejor es
ejercitar la capacidad de ir por el mundo poetizando cada objeto de la vida
diaria. En fin, uno intenta explicar mucho las cosas, cuando todo es tan simple
a la distancia.
Ni el pobre de Nicanor Parra estuvo equivocado en pedir que
el mismísimo Allen Ginsberg fuera su traductor, ni mi amigo o yo, dando una
opinión sobre la creación poética. Algo que se va ejercitando con la lectura y
a su vez, algunos con la escritura; es tener un oído atento a cualquier manifestación
poética. De cualquier tipo, aunque sólo sea el ruido estridente de una alarma o
el susurro de un mensaje avisando que tienes deudas que saldar.
Jesús Rito, (1980) poeta y director de la editorial
Pharus. Autor del poemario, Bahía de los
poetas, 2017. Catedrático de la Facultad de Idiomas de la Universidad
Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
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